Autos eléctricos en Estados Unidos, un paso adelante y 10 atrás mientras China acelera a fondo

Cadillac, la división de lujo de General Motors, por fin presentó su nueva Escalade IQ, la versión 100% eléctrica del legendario SUV americano con 750 caballos de fuerza e impresionantes 450 millas de rango por carga de batería, lo que por ahora colocó a la marca al frente de la competencia en ese segmento.

Se trata del quinto modelo eléctrico de Cadillac en su portafolio de SUV que también incluye los SUVs Lyriq, Vistiq y Optiq, además del sedán de súper lujo Celestiq, que pretende competir con el Rolls-Royce Spectre.

General Motors, la compañía matriz de Cadillac, ya tiene en el mercado ocho modelos 100% eléctricos, y al igual que la mayoría de los fabricantes de todo el mundo, sigue apostando por la nueva era de la electrificación, con la promesa de incrementar su oferta y seguir invirtiendo en investigación y desarrollo a mediano y largo plazo para lograr un mundo sin gasolina.

Quizá el anuncio más importante al respecto se produjo a finales de enero cuando General Motors le informó a sus accionistas qué línea de vehículos eléctricos obtuvo un “beneficio variable positivo” en el cuarto trimestre del año pasado, aunque el término conlleva una pequeña salvedad.

La métrica anunciada por General Motors simplemente significa que los ingresos por los vehículos eléctricos que entregó en ese periodo fueron superiores a los costos variables, que incluyen todo lo gastado en mano de obra para la fabricación y el material necesario para ensamblarlos, pero no los costos fijos, como la creación de nuevas líneas de producción.

Por lo tanto, el reporte del último trimestre de 2024 no incluyó el gasto de los mas de $35,000 millones de dólares que General Motors ha invertido en el desarrollo de sus vehículos eléctricos y tecnologías relacionadas en los últimos 25 años, con el objetivo de convertirse en el líder de ventas de EVs alcanzar el liderazgo en ventas a mediados de la década y hacer la transición a una línea totalmente eléctrica para 2035.

Mientras tanto en la Casa Blanca

Todas estas noticias positivas contrastan totalmente con las amenazas de aranceles a toda la industria automotriz de la administración del presidente Donald Trump y sobre todo con su política anti-autos eléctricos, a pesar de que ha convertido al CEO de Tesla, Elon Musk, en su mano derecha y haber comprado uno de sus autos recientemente.

Según una de sus órdenes ejecutivas promulgadas casi inmediatamente después de asumir el cargo el pasado 20 de enero, Trump frenó los subsidios gubernamentales al desarrollo de la red de estaciones de recarga pública y pretende revertir el mandato de su predecesor, Joe Biden, para que las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos alcancen el 50% del total para 2023.

A esto le siguió una orden emitida el 12 de marzo para que la Administración de Servicios Generales (GSA), que gestiona 650,000 vehículos – alrededor de dos tercios de la flota federal – que dijo: “Todas las estaciones de carga existentes que no se consideren críticas para la misión deben desconectarse de la red y apagarse”.

Esta orden potencialmente dejaría fuera de servicio unos 8,000 cargadores de Nivel 2, aunque el término “misión crítica” está sujeta a diferentes interpretaciones: por ejemplo, una agencia federal podría afirmar que todos sus vehículos eléctricos son necesarios para cumplir con su mandato, o que ninguno lo es.

Por ahora, al igual que las amenazas de los aranceles contra las importaciones desde México o Canadá, son simplemente eso, amenazas.

Mientras tanto en China 

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Wang Chuanfu, Presidente y Director General de BYD Group presentó la nueva tecnología de recarga eléctrica súper rápida en Shenzhen, China. Foto: Cortesía BYD.
Crédito: Cortesía

Al otro lado del mundo – literal y metafóricamente – la marca china BYD, líder mundial en vehículos enchufables y baterías eléctricas, presentó  una nueva y revolucionaria plataforma que iguala la velocidad de recarga eléctrica con la de una parada a una estación de gasolina.

La Super e-Platform es la nueva arquitectura de vehículos eléctricos producidos en serie, que incluye motor, electrónica de control y  batería mejorados de forma integral para alcanzar una potencia máxima de carga de un megavatio (1.000 kW), la más alta para vehículos de producción en serie. 

En términos prácticos, esto significa que la Super e-Platform puede añadir 1.25 millas (2 kilómetros) o 250 millas en 5 minutos de autonomía por segundo, la velocidad de recarga más rápida del mundo

Los primeros modelos BYD con esta tecnología serán el HAN L y el TANG L –en un principio destinados al mercado chino- contarán con un motor que desarrolla 580 kW/789 caballos de fuerza de potencia, para alcanzar velocidad de casi 200 millas por hora.

BYD planea construir más de 4,000 estaciones de carga ultrarrápida de megavatios en toda China y está implementando la tecnología de “carga dual” que puede actualizar instantáneamente los cargadores rápidos y los supercargadores a cargadores ultrarrápidos para hacerlos compatibles con otras estaciones de carga públicas.

Claramente, tanto General Motors como BYD tienen planes mucho más allá de 2028, cuando terminará la segunda administración Trump y sus amenazas a la industria de los autos eléctricos.

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