El futuro de los autos chinos en Estados Unidos: el gobierno vs. los consumidores
Primero las noticias. El gobierno de Estados Unidos anunció esta semana una larga lista con notables aumentos arancelarios sobre una amplia gama de productos chinos, desde vehículos eléctricos, hasta sus baterías, además de chips de computadora y artículos médicos, que entrarán en vigor el 1 de agosto.
Entre los aumentos arancelarios se incluyen “productos destinados por China para dominar, o son productos en sectores donde Estados Unidos ha realizado inversiones significativas recientemente”.
Estados Unidos argumenta que la capacidad de producción excesiva impulsada por el estado de China en estos sectores amenaza la viabilidad de las empresas estadounidenses, y los aranceles están destinados a proteger a los empleos estadounidenses de una posible inundación de importaciones chinas baratas.
Las nuevas medidas afectan a $18,000 millones de dólares en bienes chinos importados, incluidos el acero y el aluminio, los semiconductores, vehículos eléctricos, minerales críticos, células solares y grúas, según lo anunciado por la Casa Blanca.
Las baterías de ion litio son de especial importancia, ya que no solo sirven para impulsar a los autos eléctricos, sino que son la categoría de productos importados de China que ha experimentado el más rápido crecimiento. Hoy por hoy es la tercera categoría, después de los teléfonos inteligentes y las computadoras personales.
En 2023, las compañías de Estados Unidos importaron baterías de litio por un total de $13,200 millones de dólares de las importaciones desde China en 2023. Según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, los aranceles del 25% sobre la categoría de baterías de ion litio no vehiculares, que totalizan $10,900 mil millones, están programados para comenzar en 2026.
En pocas palabras, todo lo que lleva una batería de litio costará mucho más cuando entren en vigor las nuevas tarifas arancelarias.
Por ejemplo, el Polestar2, que actualmente se construye exclusivamente en una fábrica en Luqiao, Zhejiang, China, tiene un rango de precios desde los $49,900 dólares hasta casi $60,000 dólares, por lo que una vez que entren en vigor las nuevas tarifas, el fabricante tendrá que ajustar el precio de sus vehículos no en un 100%, pero por lo menos para compensar los nuevos impuestos a sus baterías.
Al final, el aumento de precio se lo pasará a sus potenciales compradores.
Es por eso que todas las marcas que importan autos MADE IN CHiNA o modelos que incluyen baterías MADE IN CHINA, están acelerando sus planes para construir fábricas en Estados Unidos con lo que no solo se ahorrarán los impuestos de importación, sino que le podrán ofrecer a los consumidores, modelos que califiquen para los diferentes créditos federales a los impuestos, que impulsan la agenda verde del gobierno.
El nuevo interés por los autos chinos
Del otro lado del espectro están los consumidores y aunque actualmente no hay marcas de vehículos chinos a la venta en Estados Unidos, sino solo algunos modelos de marcas como Polestar y Volvo, el interés por los modelos MADE IN CHINA está en aumento, según los resultados de una encuesta reciente realizada por la firma de análisis de mercado AutoPacific.
Casi la mitad de los casi 800 encuestados de entre 18 y 80 años dijo que están familiarizados con las marcas de vehículos chinos y aproximadamente el 35% reconoció que considerarían (definitivamente o tal vez) comprar un vehículo nuevo de una marca china.
Al desglosarse por edad, 76% de los encuestados menores de 40 años dijo que consideraría comprar un vehículo de una marca china, lo que disminuye significativamente por grupo de edad, con solo alrededor del 26% de aquellos de 60 años o más dispuestos a considerar uno.
“Un número sorprendente de consumidores estadounidenses está familiarizado con las marcas de automóviles chinas a pesar de que actualmente no se venden aquí. Esto es especialmente cierto entre los Millennials y la Generación Z, que serían los más propensos a considerar adquirir un vehículo de una marca china”, dijo Ed Kim, Presidente y Analista principal de AutoPacific.
Las preocupaciones sobre la privacidad son altas independientemente del rango de edad.
En general, el 44% de los encuestados dijo que estaría muy preocupado por su privacidad si se vendieran vehículos de marca china en Estados Unidos y otro 34% estaría algo preocupado.
Incluso los más jóvenes, los menores de 40 años, tienen preocupaciones sobre la privacidad (73%), aunque de cualquier forma expresaron un “alto interés” en la consideración de compra.
“Las preocupaciones sobre la privacidad de los vehículos de marca china probablemente disminuirán eventualmente dado que la mayoría de los teléfonos inteligentes conectados, relojes inteligentes, computadoras portátiles, dispositivos domésticos conectados que usamos cómodamente todos los días son de hecho fabricados en China”, explicó Kim.
Los encuestados de todas las edades estaban igualmente preocupados por los posibles riesgos de seguridad nacional si los fabricantes de automóviles chinos vendieran sus vehículos en Estados Unidos (del 68% al 82% dependiendo del grupo de edad), e independientemente de la ubicación de fabricación del vehículo de marca china: ya sea en China, Estados Unidos o México.
Más auto eléctrico (chino) por menos dinero
No es ningún secreto que las marcas chinas están construyendo algunos de los nuevos vehículos eléctricos más innovadores con tecnología impresionante, software de vanguardia, velocidades de carga ultrarrápidas y características divertidas deseadas por los compradores más jóvenes, y lo están haciendo a precios que superan significativamente lo que los vehículos eléctricos de marcas estadounidenses, japonesas, coreanas y europeas venden actualmente en el mercado estadounidense.
La investigación de AutoPacific demostró que una de las principales razones por las que muchos estadounidenses dudan en comprar vehículos eléctricos es el precio, por lo que los modelos de las marcas chinas podrían ofrecer productos atractivos que generarían entusiasmo por los vehículos eléctricos a precios mucho más asequibles.
A pesar del nuevo y severo arancel de más de 100% sobre los automóviles fabricados en China, es probable que solo sea cuestión de tiempo antes de que lleguen a Estados Unidos, al igual que lo hicieron los fabricantes de autos japoneses y coreanos hace décadas a pesar de los esfuerzos para limitar su presencia aquí.
“Las generaciones más jóvenes de compradores están claramente conscientes de los productos tentadores que los fabricantes de automóviles chinos están desarrollando en el extranjero”, dijo Robby De Robby DeGraff, Gerente de Productos e Información del Consumidor de AutoPacific. “Solo es cuestión de ‘cuándo’ podrán ponerles las manos encima”.
***
También te puede interesar:
Read full article: HERE