El grave error a la hora de comprar tu primer auto nuevo que te va a costar miles de dólares

Ya sea por la imperante necesidad de la movilidad, el deseo de la independencia o el simple gusto de estrenar, la compra del primer auto nuevo siempre es un hecho importante para todos, pero si no se pone atención se pueden cometer graves errores que tendrán consecuencias financieras a corto, mediano y largo plazo.

Quizá el error más grave es dejarse convencer por la publicidad que destaca los plazos de financiación más largos, pagos mensuales bajos y las ofertas de pago inicial cero.

Sin embargo, todo esto oculta el costo total de tener y mantener el auto a largo plazo, que incluye entre muchas otras cosas, el precio de la gasolina, la póliza del seguro, el mantenimiento y las inevitables reparaciones. Todo lo cual, pueden fácilmente duplicar una opción de “pago mensual bajo”.

Y en una economía con altas tasas de interés y niveles de inflación todavía altos, los compradores primerizos pueden quedar atados financieramente durante varios años, lo que en el futuro les puede complicar el pago de la matricula de la universidad y eventualmente, la compra de una casa. 

Lamentablemente, los compradores jóvenes no tienen la posibilidad de comprar el primer auto nuevo en efectivo para evitar los costos de la financiación y se concentran en lo que “pueden pagar al mes”.

Secretos del arte de negociar

Para evitar caer en un hueco financiero más profundo, se pueden tomar algunos pasos como negociar cada término del financiamiento por separado.

En primer lugar hay que establecer el precio base del vehículo (Manufacturer´s Suggested Reatil Price o MSRP por sus siglas en inglés), luego el valor del auto usado en caso de que se trate de un intercambio (trade-in). 

Una vez establecidos esos valores, entonces se puede pasar a los términos de la financiación y solo en este momento se debe determinar si se trata de una compra o un lease.

Si no se siguen estos pasos, los vendedores pueden agrupar el precio del vehículo nuevo, el valor de intercambio y los términos de financiamiento o arrendamiento, lo que le da al concesionario demasiada libertad para inflar el costo total, pero ofrecer un “buen precio”, generalmente a través de plazos más largos.

Un ejemplo de esta estrategia de “ahorro mensual” es optar por un plazo de financiamiento de 72 meses en lugar de uno de 36, con lo que se reducen los pagos, pero infla el costo total del automóvil. 

Los números no mienten: un préstamo de $25,000 dólares, pagado 36 cuotas mensuales con tasa de interés al 7%, terminaría costando $27,789 dólares, pero el mismo préstamo pagado en 72 meses, subiría los $30,688 dólares, es decir, casi $3,000 dólares más. 

Investiga antes de decidir

El otro factor que pude tener consecuencias negativas es esperar hasta estar en el concesionario para pensar en la financiación.

Un comprador que no ha investigado y entendido las condiciones de financiación, quedará especialmente vulnerable a la manipulación de los vendedores, con tácticas como el aumento a la tasa de interés del crédito, por encima del nivel al que tienes derecho por tu récord de crédito, lo que también puede costar cientos o miles de dólares más durante el plazo del préstamo.

Por eso es fundamental comparar las condiciones de financiamiento en diferentes instituciones financieras y obtener la pre-calificación para un préstamo antes de ir al concesionario.

Esto se puede hacer consultando las tasas de interés en bancos, cooperativas de crédito (credit unions) o sitios financieros en línea para ver cuál mejor. Si el concesionario puede ofrecer mejores condiciones (tasa de interés o plazo), siempre puede elegir esa oferta.

Otra mala decisión que a menudo toman los compradores primerizos es aceptar garantías extendidas, que no tienen ningún sentido en el caso de los autos nuevos y luego no poner atención al mantenimiento programado, lo que resulta en mayores gastos en el futuro, mayores costos de reparación, menor economía de combustible, mayor depreciación y menor valor de reventa.

Por lo general, los modelos nuevos de marcas que no son consideradas de lujo son menos costosos de financiar, asegurar, mantener y reparar, y se adaptan mejor a un presupuesto ajustado.

Los consejos siempre son los mismos, pero en la mayoría de los casos, caen en oídos sordos.

“Al final, mi hijo quedó contento con su pago mensual y su auto nuevo”, me dijo la amiga que me llamó para darle consejo a su hijo. No me atreví a preguntar los detalles.

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