La tecnología de conducción semi autónoma aumenta la imprudencia al volante
Revisar las notificaciones en los teléfonos, comer un sándwich o realizar otras actividades manuales o visuales mientras usan sistemas de conducción semi autónoma, se está volviendo cada vez más común, según un estudio realizado por el Instituto de Aseguradoras y Seguridad en las Carreteras (IIHS) y el AgeLab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Lo más sorprendente de los resultados fue que los conductores tienden a realizar cada vez más tareas a la vez, y algunos logran hacerlo, incluso, respetando las alertas de atención de los propios sistemas.
“Estos resultados son un buen recordatorio de la forma en que aprenden las personas”, dijo el presidente del IIHS, David Harkey. “Si los entrenas para pensar que prestar atención significa dar golpecitos al volante cada pocos segundos, eso es exactamente lo que harán”.
La tendencia también aumentó con el tiempo para algunos conductores, a medida que se sintieron más cómodos con la tecnología, aunque otros se distrajeron más al usar el sistema desde el principio.
Muchos conductores que utilizaron el sistema Auto Pilot de Tesla dominaron rápidamente las funciones y las alertas de recordatorio de atención para poder evitar que se intensificaran y se convirtieran en intervenciones más graves.
Algunos de los participantes en el estudio utilizaron esta habilidad para seguir participando en comportamientos que los distraían, acentuados por movimientos rápidos para detener las alertas.
“En ambos estudios, los conductores adaptaron su comportamiento para participar en actividades que los distraían”, dijo Harkey. “Esto demuestra por qué los sistemas de automatización parcial necesitan salvaguardas más sólidas para evitar el uso indebido”.
Cómo funciona la conducción semi autónoma
Mediante el uso de cámaras y otros sensores, los sistemas de asistencia a la conducción pueden mantener el auto en movimiento por la carretera en el centro del carril a la velocidad seleccionada por el conductor y controlarla para evitar a otros vehículos para luego acelerar nuevamente cuando el camino esté despejado.
Sin embargo, se supone que aún cuando el sistema esté activado, los conductores deben prestar atención constante a lo que sucede en la carretera y estar listos para tomar el control en cualquier momento, lo que no sucedió durante los estudios.
En el primer grupo, los investigadores analizaron cómo evolucionó el comportamiento de conducción de 29 voluntarios a los que se les proporcionó un sedán Volvo S90 2017 equipado con Pilot Assist durante un período de cuatro semanas.
Los expertos examinaron la probabilidad de que los conductores participaran en actividades no relacionadas con la conducción cuando utilizaban el sistema en autopistas en relación con la conducción sin asistencia y, a continuación, evaluaron cómo cambiaba esta relación con el tiempo.
El estudio, dirigido por el científico investigador sénior del IIHS, Ian Reagan, utilizó datos recopilados durante tres años, durante los cuales los vehículos conducidos por los voluntarios recibieron dos actualizaciones de software que mejoraron la función de centrado de carril y los recordatorios de atención.
Por este motivo, los investigadores separaron a los conductores en tres grupos.
Un grupo condujo por completo antes de cada actualización, otro condujo los vehículos después de los cambios en la función de centrado de carril y un tercero después de las actualizaciones de la función de centrado de carril y del recordatorio de atención. Todas las versiones requerían que el conductor mantuviera las manos en el volante.
El equipo de investigación también cambió la estrategia de reclutamiento después del segundo grupo para inscribir solo a aquellos que conducían mucho en autopistas, donde la automatización parcial funciona mejor.
Independientemente de la versión del sistema utilizada, los tres grupos de conductores realizaron actividades visuales y manuales que les distraían, como comer, asearse y usar dispositivos electrónicos, con mayor frecuencia cuando usaban Pilot Assist que cuando conducían sin él, independientemente de si usaban mucho o casi nada la función.
Los dos primeros grupos tenían más probabilidades de distraerse mientras conducían con Pilot Assist durante la segunda mitad del mes en que tenían el vehículo que en la primera. Al igual que los resultados de un estudio anterior relacionado, esto sugiere que se volvieron más audaces o más complacientes a medida que se acostumbraron al sistema.
El tercer grupo tenía aproximadamente la misma probabilidad de realizar tareas secundarias mientras usaba la automatización parcial durante las dos semanas siguientes que durante las dos primeras. A lo largo del mes, el porcentaje de tiempo que se distraían mientras lo usaban era extremadamente alto: más del 30%.
“Vimos algunas diferencias en cómo los tres grupos usaban Pilot Assist, pero no podíamos decir con certeza que estuvieran relacionadas con los cambios de software”, dijo Reagan. “La conclusión para mí fue que la tecnología estaba vinculada a una mayor distracción para los tres”.
Autopilot de Tesla
En el segundo estudio, un grupo diferente de investigadores del IIHS y AgeLab examinó cómo cambió el comportamiento de conducción de 14 personas que nunca habían usado el Autopilot de Tesla ni ningún otro sistema de automatización parcial durante un mes conduciendo un Tesla Model 3 2020.
A diferencia del estudio de Volvo, este se centró en la frecuencia con la que los conductores activaban los recordatorios de atención iniciales del sistema, las advertencias intensificadas y los procedimientos de desaceleración y bloqueo de emergencia.
En ese momento, el Autopilot dependía exclusivamente de un sensor de par en el volante para controlar si el conductor estaba prestando atención.
Si el sistema no detectaba las manos del conductor en el volante durante un breve período de tiempo, emitía un recordatorio de atención inicial: un ícono gris de manos en el volante que aparecía en la pantalla central, junto con una luz azul intermitente y un mensaje escrito que indicaba al conductor que aplicara una ligera fuerza de giro al volante.
El conductor podía indicar que todavía estaba atento haciendo un ligero ajuste de la dirección, tocando la palanca de la señal de giro o activando un dial en el volante. Si el sistema no detectaba una de esas respuestas con la suficiente rapidez, comenzaba una serie de alarmas y alertas visuales y sonoras cada vez más frecuentes.
Como último recurso, el piloto automático desaceleraba el vehículo hasta detenerlo, lo desactivaba y le negaba al conductor el acceso a la función durante el resto del viaje.
En total, los voluntarios recorrieron un poco más de 19,000 kilómetros (11,875 millas) con el piloto automático activado, y durante ese tiempo, activaron 3,858 advertencias relacionadas con la atención del sistema de automatización parcial.
Aproximadamente la mitad de esas alertas se produjeron cuando los usuarios tenían al menos una mano en el volante, pero aparentemente no la movían lo suficiente para satisfacer al sensor.
La mayoría de las advertencias no iban más allá del recordatorio de atención inicial y, en promedio, los conductores respondían a la alerta en unos tres segundos (normalmente empujando el volante).
Sin embargo, en 72 casos, el conductor no respondió lo suficientemente rápido como para evitar que las alertas se intensificaran. Sorprendentemente, 16 de estas intensificaciones (12 de ellas de un conductor y cuatro de otros tres) persistieron durante toda la secuencia y provocaron que el conductor quedara bloqueado fuera del sistema.
De la primera a la cuarta semana, la tasa de recordatorios de atención iniciales por cada 1,600 kilómetros recorridos con el piloto automático aumentó 26%, mientras que la tasa de intensificaciones se redujo 64%. La duración media de los recordatorios de atención iniciales se redujo en aproximadamente medio segundo después de la primera semana.
El porcentaje de tiempo que los conductores estuvieron desconectados en el período que rodeó a las alertas también aumentó, aunque la duración de cada alerta fue menor.
Los investigadores descubrieron que los conductores realizaban actividades secundarias que no implicaban conducir, apartaban la mirada de la carretera y tenían ambas manos fuera del volante con más frecuencia durante las alertas y en los 10 segundos anteriores y posteriores a ellas, a medida que aprendían cómo funcionaban los recordatorios de atención.
Cuanto más tiempo utilizaban el sistema, menos tiempo les llevaba volver a quitar las manos del volante una vez que las alertas dejaban de funcionar.
El impacto de ese cambio en la seguridad es difícil de medir. Otras investigaciones muestran que cuanto más tiempo se distrae la atención de un conductor, mayores son las probabilidades de que se vea involucrado en un accidente.
Sin embargo, también es lógico que en algún momento incluso los toques breves de atención se vuelvan tan frecuentes que los períodos de supuesta interacción entre ellos tengan poco valor.
“Estos resultados muestran que los recordatorios de atención multimodales progresivos son muy eficaces para lograr que los conductores cambien su comportamiento”, dijo Alexandra Mueller, científica investigadora sénior del IIHS y autora principal del estudio. “Sin embargo, se necesitan mejores salvaguardas para garantizar que el cambio de comportamiento se traduzca realmente en una conducción más atenta“.
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