Panorama de los autos eléctricos en 2024: ¿señales de esperanza o alerta de desastre?

Sin importar qué titular decidas creer, la transición de la gasolina a la electricidad en la industria automotriz, acaparó la atención en 2023 y los cambios continuarán sin freno en 2024 … para bien o para mal.

Algunos ejemplos: un millón de autos eléctricos vendidos por primera vez en un año en Estados Unidos; el “recall” más grande en la historia de Tesla; carreteras que prometen recargar las baterías de los autos mientras se maneja; concesionarios con exceso de inventario sin vender o el colapso de la infraesturctura eléctrica por el exceso de demanda.

Así que aunque han crecido en popularidad y aceptación en los últimos 12 meses, las ventas ventas de autos eléctricos no han alcanzado el ritmo necesario para cumplir con las promesas de que llegarán al 50% del total para 2030.

Entre 2012 y 2019, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos creció a un ritmo anual de solo 1.022%, para luego dar un salto interanual hasta el 109% de 2020 al 2021. La curva ascendente volvió a crecer casi al doble en 2022, pero entre el primer y el segundo trimestre de 2023, la cuota de mercado de vehículos eléctricos cayó del 7.3% al 7.2%.

Según un informe de S&P Global Mobility, la tendencia negativa se repitió en septiembre, hasta el 7.7% desde el 7.8% en agosto y luego en octubre a hasta el 7.5% de todos los vehículos nuevos vendidos.

Un millón de EVs vendidos en 11 meses

A pesar de todo eso, la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles (NADA, por sus siglas en inglés) confirmó que durante 11 meses de 2023, las ventas de vehículos eléctricos llegó a ascendieron a 1.007.984, un aumento del 50.7% año tras año.

Por supuesto, el millón de vehículos eléctricos vendidos en los primeros 11 meses de 2023 es un punto importante, especialmente teniendo en cuenta que es igual a la cantidad de ventas durante 6 años (2015-2020), pero la cifra sigue siendo menos del 8% de todas las ventas.

A ese ritmo, será imposible alcanzar la meta de 50% del total para 2030 anunciada bajo el ambicioso plan presentado en 2022 por el Presidente Joe Biden como parte de la Ley de Reducción de la Inflación el año pasado.

En términos reales, se necesitarían vender aproximadamente 7 millones de vehículos eléctricos al año, cuando se comparan las cifras de ventas actuales.

Y aunque para los consumidores podría parecer algo intrascendente, la realidad es que esos objetivos de ventas están directamente relacionados con las regulaciones de emisiones bajo las leyes de la Agencia Federal de Protección al Medio Ambiente (EPA) y si no se cumplen, los fabricantes deberán pagar miles de millones de dólares en multas, que eventualmente se se traducirían en aumentos a los precios de los autos nuevos.

Para solucionar este laberinto sin salida, se debe encontrar la fórmula para eliminar los 3 grandes obstáculos que ve la mayoría de los consumidores ante los autos eléctricos:

Los fabricantes deben producir vehículos eléctricos más baratos y con más rango por carga de la batería y, en un esfuerzo general del gobierno y la industria, mejorar sustancialmente la red de estaciones de recarga pública para eliminar por completo el rechazo a esta tecnología por la ansiedad de rango.

Ventas estancadas y planes aplazados

La más clara evidencia de la desaceleración de las ventas está en los concesionarios de todo el país, donde los autos eléctricos permanecen en los lotes 22 días más que los modelos similares con motor de gasolina.

Todos esto ha obligado a los principales fabricantes ha ajustar sus planes sobre modelos eléctricos para el futuro inmediato.

Por ejemplo, Ford anunció recientemente que retrasaría la inversión de $12,000 millones de dólares en gastos en vehículos eléctricos indefinidamente, lo que atrasará la construcción de una de las dos plantas de baterías para vehículos eléctricos en Kentucky y reducirá la producción del Mustang Mach-E, su modelo eléctrico más popular.

En agosto, General Motors anunció que ya no proporcionaría objetivos de producción de vehículos eléctricos, aunque mantuvo que aún alcanzaría su objetivo de entregar 1 millón de vehículos eléctricos por año para fines de 2025. Además, descartó los planes anunciados en abril de 2022 para colaborar con Honda para desarrollar vehículos eléctricos de bajo costo basados en su tecnología de batería Ultium EV.

Volvo por su parte, retiró voluntariamente al SUV compacto EX30 como finalista del Premio SUV del Año en Norte América (North American Car, Truck and Utility Vehicle of the Year, NACTOY), al tiempo que retrasó el proceso de reserva para el modelo 100% eléctrico que se fabricará inicialmente en China y fue anunciado con un precio inicial por debajo de $35,000 dólares.

Sin embargo, los 3 modelos finalistas a los Premios NACTOY son eléctricos y los 3 del Grupo Hyundai: Genesis GV70 Electrified, Hyundai Kona (tiene variante con motor de gasolina) y el Kia EV9, el favorito para ganar.

Tesla pisa el acelerador

La otra cara de la moneda es Tesla, que vende casi la mitad de los autos eléctricos en Estados Unidos y este mes anunció que obtuvo permisos de uso de tierra de la Secretaría de Medio Ambiente de México para construir una “gigafábrica” en el estado fronterizo norte de Nuevo León, donde se produciría el nuevo Model 2, un vehículo eléctrico compacto cuyo precio base sería de alrededor de los $250,000 dólares (si creemos en las promesas que Tesla no cumplió con la Cybertruck).

La de México sería la séptima planta de Tesla tras las ya existentes en Fremont, California; Chispas, Nevada; Berlín, Alemania; Shanghai, China; Austin, Texas; y Búfalo, Nueva York, pero con su crecimiento, también van en aumento sus problemas, como la baja calidad de sus materiales comparados con otras marcas de lujo ya establecidas, y más recientemente, los “recalls” o llamados a revisión masivos por fallas principalmente en sus sistemas de conducción asistida.

Sumados todos los obstáculos que enfrentan los autos eléctricos, para los consumidores el problema sigue siendo fundamentalmente de presupuesto, sobre todo en una economía todavía afectada por la inflación y las altas tasas de interés.

Según datos de la firma de análisis Kelley Blue Book (KBB), el precio promedio de un vehículo eléctrico nuevo fue de de $59,064 dólares en octubre de 2023, contra los $47,753 dólares de un modelo con motor de gasolina.

Crédito: Cortesía

Una encuesta de abril de 2023 realizada por la Universidad de Chicago preguntó a los consumidores por qué no considerarían comprar un vehículo eléctrico. La razón más común fue “el costo es demasiado alto”. El 60% de los encuestados lo citó como un “motivo importante” y otro 23% como un “motivo menor”.

Y aunque hay buenas razones para comprar un auto eléctricos, como el subsidio federal de $7,500 dólares, lo cierto es que la mayoría de los consumidores todavía no están dispuestos a pagar más por algo que pueden usar menos, tomando en cuenta las limitaciones de rango y capacidad de carga.

Los más radicales enemigos de la transición dirían: “autos eléctricos, una solución que no funciona, para un problema que no existe”.

El 2024 será interesante. Esperemos otros 12 meses para ver quién tiene más razón.

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